Todos estamos muy hartos de ver gente que cuando debería esconderse avergonzada se muestra orgullosa y altanera, es a lo que alude el dicho castizo «Tener más orgullo que Don Rodrigo en la horca”.
Los vemos en nuestro entorno más cercano, pero también viene a nuestra mente gente que es famosa, los que salen en la tele, vamos, desde deportistas que no se avergüenzan de eludir impuestos, a políticos corruptos que sacan pecho, pasando por grandes empresarios de los que los periódicos callan sus pecados, salvapatrias, vendedores de quimeras, famosillos de plató, las que van de grandes señoras y no dejan de ser putas de lujo, progres que con dinero hacen lo que criticaban de otros cuando no lo tenían, …………………………………………………. (los puntos suspensivos son para que rellenéis vosotros)
«Tener más orgullo que Don Rodrigo en la horca”, hoy vamos ha hablar de Rodrigo Calderón, un hombre hecho a si mismo, un triunfador, un hombre que llegó a ser importante a pesar de tener unos origines humildes. Su padre, Francisco de Calderón y Aranda, ya inició el ascenso en su condición social llegando a capitán, así que le tocó ir a Amberes, a donde llevó a su prima y esposa María de Aranda y Sandelin, que allí parió a Rodriguín. Los Aranda eran una familia de origen judío, mercaderes en Valladolid de poca fortuna.
«Tener más orgullo que Don Rodrigo en la horca”, dice el dicho popular, pero salgamos de Madriz y vayámonos un momento a Valladolid, allí hay un convento de dominicas, el Monasterio de Nuestra Sra. de Porta Coeli, más conocido como el de las Calderonas, que fueron franciscanas desde que fundó el convento una tal Mariana de la Paz, pero endeudado el convento se traspasó el patronato a D. Rodrigo Calderón, ya por aquel 1606 marqués de Siete Iglesias, hombre pío que engrandó el convento con la compra de las casas aledañas, (la suya no, la de Las Aldabas), con el nuevo patronato los bienes materiales fluyeron al convento, especialmente obras de arte, como no podía ser de otra forma, los restos de D. Rodrigo reposan en el convento, y vamos a fijarnos en un detalle de la foto, en concreto en el cuello:

https://vallisoletvm.blogspot.com/2010/04/la-momia-de-don-rodrigo-calderon.html
D. Rodrigo no fue ahorcado, sino degollado como correspondía a su condición de noble, ¿no decían que a la hora de la muerte todos somos iguales?
«Tener más orgullo que Don Rodrigo en la horca”, dice el dicho popular, pues puede que el dicho se equivoque no solo en lo de la horca, puede que también en que fuera con orgullo, con la cabeza alta, pues en alguna biografía se afirma que en su cautiverio “ «las noches las pasaba de rodillas, llorando sus pecados», rodeado de confesores y haciendo recopilación de sus fundaciones pías.” Lo que es seguro que en cuanto tuvo noticia de la muerte de Felipe III, se le tuvieron que bajar todos los humos que le quedasen. Andrés Almansa nos contaba que “no hizo sino azotarse como cristiano, sin querer más alivio que llorar sus culpas delante de un cristo y una imagen de la santa madre Teresa de Jesús”, y antes de su ejecución “se reconcilió y dispuso algunas cosas de su alma con acuerdo de su confesor”, vistió el hábito de la Orden de Santiago y escuchó misa, sintió profundamente que no se le permitiera ir a cadalso luciendo la cruz roja de Santiago en su pecho.
Tan pío, tan beato, tan arrepentido de sus pecados y puesto en paz con Dios, que al público le pareció una gran injusticia su ejecución. Hasta los que más agriamente le habían criticado, después de su muerte ensalzaban sus virtudes (decía mi madre, “Dios me libre del día que hablen bien de mí”.)
Quevedo que le había puesto a parir antes, escribió:
Yo soy aquel delincuente,
porque a llorar te acomodes,
que vivió como un Herodes,
murió como un inocente.
Advertid los pasajeros
de lugares encumbrados,
que menos que degollados
no aplacareis los copleros.
Hoy hago glorioso ya-
y antaño el proprio Cantó-
don Rodrigo, Calderó-
nirá el tiempo cómo pa-
Cocodrilos descubiertos
son poetas vengativos;
que a los que se comen vivos
los lloran después de muertos
Nadie con ellos se meta
mientras tuviere sentido;
que, al fin, a cada valido
se le llega su poeta.
Mi sentencia me azuzaron
con décimas que escribieron;
ellos la copla me hicieron,
y muerto me epitafiaron.
Los que priváis con los reyes
mirad bien la historia mía:
guardaos de la poesía
que se va metiendo a leyes.
¿Cómo llegó a triunfar aquel Rodriguín nacido en Amberes?, pues su padre, D. Francisco de Calderón le consiguió trabajo como paje en casa de su tocayo Francisco Gómez de Sandoval, entonces marqués de Denia, allá por 1595, y el muchacho estaba “mu bien colocao y mu bien mirao”. Como quiera que su jefe también estaba “mu bien mirao” por Felipe III que le ascendió a Duque de Lerma (si el de los terrenitos en Valladolid que ya mentamos el viernes), pues el chico fue subiendo en el escalafón, ayuda de cámara del Rey en 1598, secretario en 1601, se casó con Inés de Vargas y Trejo (también ‘mu bien casao’) heredera del señorío de Oliva de Plasencia, que como estaba ‘tan bien mirao’, pasó a ser condado, y ya tenemos a nuestro héroe del día convertido en conde de la Oliva en 1612, título nobiliario al que se añadió en 1614 el de marqués de Siete Iglesias, ¿que más quieres?, pues también entrar en la orden de Santiago (como Velázquez ), ¿pero no habíamos dicho que venia de una familia judía?, bueno, poderoso caballero es don dinero, y quien tiene padrino se bautiza, expediente de limpieza de sangre también, como es caballero de la orden de Santiago, pues la encomienda de Ocaña para Rodrigo, ya puestos para su hijo Francisco también, que entre en la orden de Alcántara, Juan en la de Calatrava, su padre y su tío también el hábito de Santiago, por cierto el padre, el que era capitán, también siguió ascendiendo y llegó a comendador mayor de Aragón. Lo que es tener amigos.
Calderón era el valido del valido, y si el duque de Lerma se forraba por ser el valido del rey, ¿no lo va hacer el secretario de cámara del rey que ve toda la correspondencia real?.

Mucha envidia es lo que hay, mucha envidia, que si participa en el gobierno sin los oficios necesarios, los opositores a Lerma le acusaron de corrupción, de tráfico de influencias, de malversación de fondos públicos. En 1606 cayeron otros colaboradores de Lerma (Franqueza y Ramírez ), pero él continuó con el favor de Felipe III, aunque no el de la reina Margarita que le tenía manía al pobre Rodrigo y al duque de Lerma. Una sentencia de junio de 1607 le imponía sólo la pena de la pérdida de su oficio en la Casa Real, pero para eso están los indultos, el Rey firmaba una cédula perdonándole todos sus crímenes pasados y prohibiendo que públicamente se le criticase y persiguiese por esos crímenes.
Era Rodrigo Calderón, sin dejar de ser piadoso de misa diaria, un personaje muy cruel y vengativo, y seguía siendo poderoso, por lo que quienes le criticaban o estorbaban lo pasaban mal, incluso tenían accidentes, como le ocurrió a un tal Francisco de Juaras.. Así que cuando la reina Margarita murió en octubre de 1611 poco después de tener a su octavo hijo, algunos mal pensados dijeron que Calderón tenía algo que ver. Así que Felipe III le mandó a Flandes como embajador especial , donde un emprendedor como él tuvo ocasión de hacer negocios, y aprovechó para comprar una buena colección de cuadros flamencos, algunos están donde las dominicas, otros en el Prado.
El caso es que hasta el mismísimo Duque de Lerma perdió el favor real en 1618, como premio por sus servicios le nombran cardenal de San Sixto, y le sucede como valido su propio hijo, el duque de Uceda que le había ido con el cuento a Felipe III de que su papá era un corrupto, ya lo dice el refrán cría cuervos y te sacarán los ojos.
El duque de Lerma se fue de rositas, pero sus enemigos se ensañaron con los pobres de sus colaboradores. En la sentencia, del 9 de julio de 1621, los jueces no encontraron culpable a Calderón de muchos de los cargos de los que venía siendo acusado, entre ellos estar implicado en la muerte de la reina, intento de embrujar al rey, envenenar a fray Luis de Aliaga, su confesor, las muerte de Alonso de Carvajal, el jesuita Cristóbal Suárez, Pedro Caballero y Alonso Camino, al no quedar debidamente acreditada su culpabilidad, sin embargo entendían demostrada su participación directa en los asesinatos de Agustín de Ávila y Francisco de Xuara, tráfico de influencias al haber buscando cédulas de perdón de sus delitos, usurpación de funciones, cohecho, y malversación de fondos. Había dos sentencias, la civil condenaba a Calderón al pago de multa, y la pérdida de todos los oficios, títulos y mercedes que había recibido de Felipe III, la criminal a morir desangrado. Sus bienes fueron confiscados
Tal día como hoy de 1621 en la plaza Mayor de Madriz se ejecutó la sentencia, y D. Rodrigo murió “con el orgullo de un romano y la piedad de un buen cristiano” según Antonio Álvarez de Toledo, V duque de Alba, que criticó al mismo Olivares por la ejecución a pesar del sincero arrepentimiento del reo.

“EJECUCION RODRIGO CALDERON EN LA PLAZA MAYOR DE MADRID”, Jesús Evaristo Casariego. MUSEO DE HISTORIA-Colección de GRABADOS COLOREADOS
Una vez muerto D. Rodrigo, Felipe IV donó al convento de Prota Coeli unas casas que le habían sido confiscadas a Calderón, su colección de cuadros hoy está en Prado, como la adoración de los reyes magos de Rubens.
JMDC, 22 de octubre de 2019
Os invito a que deis una vuelta por
https://madriztaldiacomohoy.org/
Fuentes:
http://dbe.rah.es/biografias/9805/rodrigo-calderon-y-aranda
Para los que estéis muy interesados, podéis leer el libro de Santiago Martínez Hernández, “Rodrigo Calderón. La sombra del valido. Privanza, favor y corrupción en la corte de Felipe III”, Centro de Estudios Europa Hispánica y Marcial Pons Historia, Madrid 2009, ISBN 978-84-928200-3-0
O este trabajo:
LA FIGURA DE DON RODRIGO CALDERÓN A TRAVÉS DE LA LITERATURA (S. 17-21). MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Karidjatou Diallo Bajo la dirección de la doctora Isabel Colón Calderón Madrid, 2009 •ISBN: 978-84-692-7193-3 que os podéis bajar en: https://eprints.ucm.es/9547/1/T31055.pdf
2 comentarios sobre “21 de octubre”