El solsticio de invierno es motivo de alegría, la luz vuelve a ganarle tiempo a las tinieblas, ya lo decía me madre: “Por Santa Lucía se igualan las noches con los días, por Reyes lo notan los bueyes, y por San Sebastián, el gañán”, por ello los druidas galos se sacaban unas perrillas vendiendo ramas de muérdago, ofreciendo así buena suerte para el año entrante, venían a decir algo así como “Al muérdago, el Año nuevo”, o (corrígeme José si pongo alguna burrada) “A gui l´ nouvelle année”. Poco a poco la costumbre se fue convirtiendo en obsequiar por parte de los señores a sus sirvientes, (lo que viene siendo la cesta de Navidad), y hacer regalos a los niños, como para decirlo en francés hay que torcer mucho la boca y se nos ve muy feos, a ese gesto le llamamos “aguinaldo”, y pasa de ser costumbre regalar a los que están a nuestro servicio a regalar a los que queremos, y así regalamos a todo quisqui, pero principalmente a los niños. Algo que ha ocurrido en muchas tradiciones, en Grecia se hacían regalos a los niños con motivo de las fiestas en honor del dios Cronos, en Roma en honor a Saturno, coincidiendo con el solsticio de invierno.
En Italia el mito, ya influenciado por la tradición cristiana, era el hada Befana que se negó a acompañar a unos reyes magos perdidos que le pedían ayuda para llegar a Belén, arrepentida sale cada año a repartir dulces y regalos a los niños esperando que entre ellos esté el nacido en Belén. Pero el mito se entremezcla con otros paganos, la harapienta Giubiana que se quema en enero, la deidad alpina Perchta (alias; Berchta, Behrta, Frau Percht, Frau Faste, Pehtra Baba, Kvatrna Baba, Posterli, Quatemberca y Fronfastenweibe, Quantembermann, Berigl, Berchtlmuada, Perhta-Baba, Zlobna Pehta, Bechtrababa, Sampa, Stampa, Lutzl, Zamperin, Pudelfrau, Zampermuatta y Rauweib, según los lugares) que a primeros de invierno entraba en las casas y dejaba dentro de los zapatos de los niños que se habían portado bien, una moneda (si se habían portado mal los abría en canal y los llenaba de paja, pero creo que eso no lo hacía siempre).
En Aragón y Cataluña el tronco mágico Tio Nadal, que se llena de regalos y al que se le golpea la tarde del 25 para que cague los regalos (Caga Tió, Tió de Nadal, no caguis arengades, que son salades, caga torrons, que son més bons!!!)
El Olentzero, viejo carbonero del que se ríen lo niños cuando baja a vender el carbón, pero el tiempo viejo, que da paso al nuevo año, entra por las chimeneas y deja regalos a los críos, lo malo se convierte en bueno. Los Iratxoak (duendecillos verdes), el Apalpador gallego que toca la tripa a los niños para saber si han comido bien durante el año y le deja castañas y regalos, o el Anguleru de Asturias.
Otras tradiciones se refieren a papá Navidad; Father Christmas, Père Noël, Babbo Natale, personajes que se acaban fusionando con San Nicolás, que dejaba dinero en las calzas de unas niñas que entregaban a su padre, y así evitar que las prostituyera, bueno, otros más suaves dicen que repartía dinero a padres necesitados, para la dote y poder casarlas, el caso es que el obispo de Mira da lugar al mito de Sinterklaas en la tradición holandesa, y de allí a Nueva York, entonces Nueva Ámsterdam, y de allí a Inglaterra, y va cambiando de entregar los regalos el día 6 de diciembre al día de navidad, especialmente tras la reforma luterana y pasa a ser acompañado de un ayudante, Knecht Ruprecht (Belzebub en algunas regiones francesas, Belznickel o Pelznickel, en algunas alemanas), un deshollinador negro, un diablo domesticado por la bondad de Santa Claus encargado de entrar por las chimeneas a dejar carbonilla a los niños que se han portado mal, incluso azotarlos con el látigo si los han sido especialmente, y que en algunos sitios ha llegado a independizarse y toma ambos roles.
‘Spanish is different’, que dicen, nosotros en lugar de acordarnos de San Nicolás, para el aguinaldo infantil nos acordamos de Mateo que nos contaba:
“Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.” (Mateo 2, 7-12)
Vamos unos tíos que se pasaron las indicaciones de la autoridad por el forro, que llegaban los últimos a Belén, y que por cierto, con los regalos no fueron muy originales, Seleuco I Nicátor, rey de Babilonia ya los había entregado como ofrenda al dios Apolo en el santuario de Dídima 288 años antes. Gente con la que nos sentimos identificados.
Desde el siglo III sabemos que eran tres, y desde el VI que se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar(«Appellicon», «Amerín» y «Damascón» en griego, «Magalath», «Serakin» y «Galgalath» en hebreo), que sus restos se encuentran en la catedral de Colonia, sabemos que representan a tres edades, la juventud, la madurez y la vejez, y a las tres razas conocidas, la europea, la asiática y la africana, a las personas no hebreas que conocen a Jesús y se convierten, así su festividad coincide con la Epifanía, la revelación de la naturaleza de Jesús.
Total que la tradición aquí es cerrar las navidades con los regalos de los churumbeles, lo que supone alargar las fiestas cinco días más (bueno algunos dicen que hasta San Antón, Pascuas son), y claro lo tenemos que hacer con una cabalgata de la leche, dicen que la primera cabalgata fue la celebrada en Alcoy en 1866, ciudad a la que siguió Granada, institucionalizada desde 1912, y en Barcelona desde 1873 y en Sevilla en 1918.

Sin embargo, tal día como hoy de 1844 muchos madrileños salen a las calles a la espera de los Reyes Magos, algunos se subían a las puertas de la ciudad y gritaban “Ya los veo, ya vienen los Reyes Magos”, la peña de viene arriba y la juerga estaba servida, y como aquí si algo nos hace gracia una vez, se convierte en tradición milenaria que hay que respetar, al año siguiente se repitió (véase el recorte de El Español del 7 de enero de 1846 que lo califica ya de costumbre), si de echar una mano a los reyes con sus pesados sacas se trababa, los más apropiados en unirse a la movida eran los mozos de cordel (generalmente gallegos y asturianos), y a esa gente hay que darles de beber, el gremio de lo aguadores (generalmente paisanos de los anteriores) se apuntó al evento, y así se organizaban romerías de invierno, comparsas de vecinos, gentes con escaleras en mano para subirse a altos desde los que avistar a los Reyes, y como la cosa se alargaba a la noche, antorchar, cencerros, latas, pitos, panderos,….. vamos mucha bulla, «¡Ya llegan los Santos Reyes! Toma la bota, Damián, que cuanto más vino bebas antes los verás entrar», . que aunque la escusa era fomentar la ilusión de los muchachos en los Reyes Magos, la cosa acababa fomentando las arcas de los bodegueros, y el personal más que achispado protagonizando algunos disturbios, o convirtiendo las comparsas en una forma de reivindicación política . Ello provocó disparidad de opiniones, a favor los que se apuntaban a la fiesta y en contra los que no, que calificaban a los participantes como irreverentes cuyo único objetivo era adelantar la celebración del carnaval. Así la cosa llegó a que D. José Abascal y Carredano, alcalde de Madriz, dictara un bando en 1882 imponiendo una tasa de 5 pesetas al que participara.

Se hicieron algunas cabalgatas para recaudar fondos y llevar juguetes a niños enfermos, en 1910 el Hospital de San Rafael, en 1915 el Centro de Hijos de Madrid.

La primera cabalgata ‘oficial’ en Madriz, la organizó el diario El Heraldo de Madrid, el 5 de enero de 1928, con el apoyo del resto de la prensa (“La idea del «Heraldo» representa un éxito, que honra a sus autores” decía El Liberal del 5 de enero de 1928) y del Circo Price que puso a disposición del acto a sus artistas, se incluyeron los elefantes que se utilizaban en la obra de teatro “Veinte mil leguas de viaje submarino” (que tampoco me cuadra a mí meter elefantes en la cabalgata o en un submarino), el apoyo de la Diputación Provincial y el Ayuntamiento. A las 11 de la mañana salia de la Plaza del Rey, Gran Vía, Alcalá, pasa frente a la redacción del Heraldo en la calle Marqués de Cubas, Prado, Embajadores, vuelta a Cibeles y a finalizar en O’Donnell frente al asilo de San José con entrega de juguetes a los niños de la inclusa. Hasta 1953 el ayuntamiento no cogería las riendas del evento para organizar una municipal.

Así, tal día como hoy de cada año, sus Majestades los Reyes de Oriente visitan Madriz, y nos dejan a todos los niños (algunos ya talluditos) los regalos que tanta ilusión nos hacen.
Tal día como hoy de 1935, Ramón Gómez de la Serna, Salvador Bartolozzi y Antonio Robles encarnaron a sus majestades en la organizada por la Agrupación de Editores Españoles, algo que quien lo ha hecho me lo ha contado como algo excepcional, mi padre una vez en Besalú o un cliente mio que fue concejal de Madriz.
JMDC, 5 de enero de 2021
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Nicol%C3%A1s_de_Bari
https://es.wikipedia.org/wiki/Pap%C3%A1_Noel
https://es.wikipedia.org/wiki/Knecht_Ruprecht
https://es.wikipedia.org/wiki/Cabalgata_de_Reyes_Magos
https://www.revivemadrid.com/senas-de-identidad/origen-cabalgata-reyes-magos
https://madridwiki.tumblr.com/page/541
https://historias-matritenses.blogspot.com/2013/01/a-esperar-los-reyes-magos-la-cabalgata.html
El Español 7 de enero de 1846 http://hemerotecadigital.bne.es/issue.vm?id=0003501698&page=4&search=Reyes+Magos&lang=es
El Heraldo de Madrid 5 de enero de 1928
El Liberal