Cuando alguien se sabe enfermo, y que el fin de sus días está próximo, debe ser muy reconfortable saber que aunque tu cuerpo se pudrirá, tus obras perdurarán durante muchas generaciones. Si eres un artista, durante siglos miles o millones de personas se acercarán a tu obra, acudirán a museos a verla, comprarán tus libros en las librerías o serán buscadas en bibliotecas o en internet, se escuchará esa música en fiestas o en las salas de concierto, pero cuando el artista es arquitecto, sus obras no hay que buscarlas, te las encuentras cuando vas por la calle.
Por otra parte, sentir que se acerca la muerte y que algunas de tus obras están inacabadas, tiene que ser frustrante.
Muchos hemos vivido años de ebullición cultural, de desarrollo en todos los sentidos, creo que los próximos lo serán también, pero uno de las épocas históricas más relevantes y más apasionantes para quien buscaba el desarrollo intelectual y artístico debió ser el renacimiento, ese buscar el conocimiento, la ciencia, ese fusionar las matemáticas con el arte.
Nuestro protagonista de hoy falleció en Madriz con 67 años, tras más de dos de enfermedad, tal día como hoy de 1597.
Nació en Roiz, Cantabria, hijo extramatrimonial, aunque sus progenitores se casaron al enviudar su padre, hombre de posibles, que falleció al poco dejando viuda a su madre. Parece que su relación con sus medio hermanos no fue buena.
Según algunas fuentes estudió en Valladolid Humanidades y Filosofía, según otras no acudió nunca a una universidad, el caso es que con 17 años Juan de Herrera de Maliaño formaba parte del séquito del príncipe Felipe, lo que le llevó a viajar por Flandes, Alemania e Italia, donde se empapa del espíritu renacentista. Pasará a formar parte del ejercito de Carlos I, participando en varias batallas en Flandes, y acompañando al rey a su vuelta, cuando éste se retira a Yuste, pasa al servicio de Felipe II, de quien se gana la confianza y quien le encarga instruir al príncipe Carlos, parece que en esta cuestión no tuvo gran éxito a la vista de lo joyita que resultó el muchacho (hablamos de él en https://madriztaldiacomohoy.org/2019/01/18/18-de-enero/), a pesar de su esfuerzo en mostrarle los secretos de la astronomía copiándole al príncipe las figuras de un libro del XIII, encargado por Alfonso X el sabio, el libro del saber de la astrología. En 1561 le pide que participe en las obras del palacio de Aranjuez, así empieza a trabajar en arquitectura, en 1563 se pone a las órdenes de Juan Bautista de Toledo en las obras de El Escorial, cuando en 1567 muere Juan Bautista, él se hace cargo de la dirección de las obras, primero de forma oficiosa, y oficial desde 1572, eso le lleva a modificar el proyecto de su maestro, lo que supone que el Escorial sea como hoy lo conocemos, sobre la traza universal de Juan Bautista de Toledo, simplifica el proyecto superando definitivamente el estilo plateresco pasando a una completa austeridad en la decoración, aumenta una planta en la fachada principal, lo que consigue darle geometría, se reduce el número de torres, y se cierra el patio de los reyes.

Como desde 1576 es ya aposentador real, responsable de supervisar todas las obras públicas de reino, viaja a Valladolid a supervisar varias obras municipales, visita que aprovecha el cabildo para conocer su opinión sobre la construcción de la cuarta Colegiata de Santa María, eso acabará siendo el proyecto de la mayor catedral de toda Europa, hoy aún inacabado.
En 1579 es nombrado Inspector de Monumentos de la Corona, en 1583 funda la Academia de Matemáticas y Delineación, lo que más tarde sería la Real Academia de Ciencias Exactas, Física y Naturales. Además de sus propias obras, ha creado estilo, el herreriano, el proyecto de la catedral de Valladolid inspira las de Lima y México.
A él debemos buena parte del Palacio de Aranjuez y sobre todo de sus jardines, la fachada sur del Alcázar de Toledo, el Ayuntamiento de Toledo, la Lonja, hoy archivo de Indias de Sevilla, la reconstrucción del Castillo de Simancas, además de la Catedral de Valladolid. En la comunidad de Madrid, la reconversión del Castillo de Villaviciosa de Odón en palacio, ese puente de Segovia en Madriz que ha aguantado tantas envestidas en estos más de 4 siglos, pero hay obras que ya no podremos ver, un perdido palacio de El Quexigal en Robledo de Chavela, y el Real Aposento de Torrelodones, conocido como el Mesón de Francisco de Baños, construido para que Felipe II pernocta en durante el viaje entre El Escorial y Madriz, en 1928 a alguien se le ocurrió levantar una planta más, en 1965 a alguien con menos luces aún dejarlo en los cimientos para construir una casona de estilo vasco.
JMDC, 15 de enero de 2020.
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_de_Herrera
https://www.eldiario.es/cantabria/cantabrosconhistoria/Juan-Herrera-arquitecto-Renacimiento-espanol_6_589051129.html