Huérfana de madre a los tres meses, a los cinco se la internó en un convento donde se la educó en una intensa religiosidad. Aún le faltaban casi dos meses para cumplir los 16 años cuando tal día como hoy de 1819, muy lejos de su Dresde natal, en un Madriz que le resultada extraño, oscuro y peligroso, aquella niña de ojos grises, menuda y asustada intentó huir gritando cuando un hombre bruto y con una verga enorme, al que apenas conocía, intentó penetrarla.

Tiró Fernando de la servidumbre femenina de palacio para que explicaran a su tercera esposa que en la noche de bodas lo habitual es consumar el matrimonio, y la instruyeran mínimamente sobre la técnica sexual.
En el segundo intento fue Fernando VII el que huyó de la alcoba, ella no opuso resistencia, pero era tal el pavor que sentía que se orinó y se cagó, pringando de heces a su esposo.
«Hace ya diez años que contraje matrimonio con mi augusta esposa (…) El confesor no hace entender a la reina que ella es carne de mi carne y hueso de mis huesos, ni contribuye en modo alguno a formar la ternura y afecto íntimo que exige la grandeza del sacramento» escribió el rey en una carta al Papa León XII, que tuvo que intervenir en el asunto, y es que la sucesión real era un asunto de primer orden, sus anteriores esposas habían fallecido sin darle descendencia , y Fernando iba cumpliendo años, cuando finalmente la reina desistió de hacerle rezar el rosario y consintió al acceso carnal, no había forma de que quedara embarazada, de poco sirvieron los viajes a tomar las aguas de Sacedón y Solán de Cabras, famosos por estimular la fertilidad, lo incómodo del camino hacía rugir a Fernando; “de aquí salimos todos preñados menos la reina”.
Pese a lo que había escrito en su queja al Papa, antes de que se cumplieran los diez años de matrimonio María Josefa Amalia de Sajonia falleció en Aranjuez de unas fiebres, la tercera sobrina que hizo enviudar al felón se fue de este mundo con 25 añitos.
Resulta muy simplista quedarse con la idea de que María Josefa Amalia era una simple devota convertida en sumisa esposa. Se trataba de una mujer muy culta, bilingüe en alemán y francés, aprendió rápidamente el castellano, ya antes de venir a España había escrito reflexiones en sus cuadernos de estudio sobre las soberanías Británica y Danesa, considerando a ésta mucho mejores que las absolutas, admirando la democracia ateniense como modelo de civilización, y colaboró con su esposo durante el trienio liberal (1820 -1823), su religiosidad no era incompatible con tener ideas ilustradas, aficionada a la escritura, poetisa de poco éxito, consiguió que se publicara una novela “Cartas de la reina Witina a su hermana Fernandina”, en donde se dicen cosas como : «esencialmente, el hijo del hombre es tan igual en derechos y deberes con su semejante, como lo es el modo, patria y alimento con que se forma, crece, se multiplica y deja de existir», no está claro del todo, pero parece que se trata de una obra fruto de varios autores, de ella y sus correctores, tampoco está claro si ella los utilizó para que su obra ganara calidad, o fueron ellos los que la utilizaron a ella para difundir sus ideas ilustradas haciendo una crítica a la sociedad española del momento.
JMDC, 20 de octubre de 2020.
Fuentes:
https://www.mujeresenlahistoria.com/2016/01/la-reina-asustada-maria-josefa-amalia.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Josefa_Amalia_de_Sajonia
http://dbe.rah.es/biografias/11489/maria-josefa-amalia-de-sajonia
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