El día 31 dijimos que se inauguraba el edificio del congreso y que en el anterior periodo de sesiones los diputados se reunían en el edificio del Teatro de Oriente. Así que ya libre de aquellos inquilinos, el Teatro puede dedicarse a lo que estaba diseñado, la ópera.
Nos vamos a 1817. No todo lo que se le pasara por la cabeza a Fernando VII necesariamente tenía que ser malo, (o sí), en aquella ocasión tuvo la idea de crear una gran plaza frente al palacio de Oriente, una plaza de Oriente, mucho más grande que la actual. Para ello tenía que cargarse el Teatro de los Caños del Peral, la biblioteca Nacional y el Juego de Pelota, además de bastantes casa que podían estar construidas cerca del Alcázar cuya plaza de palacio se situaba a su sur, donde hoy está la plaza de armas, dentro de la plaza se construirá un teatro de ópera. La remodelación de la plaza se encarga al arquitecto Isidro González Velázquez y el treatro a Antonio López Aguado, que se ve obligado por la colación que ha de darle, a diseñar una planta hexagonal irregular, con una entrada principal que mira a palacio en un lateral curvo y estrecho, con una segunda fachada, menos importante, pero algo menos estrecha, que daría a la plaza que finalmente se llamaría de Isabel II. Si “el deseado” andaba por medio difícilmente las cosas saldrían bien, 33 años para terminarlo, arquitecto muerto, y a los diputado de okupas.
Finalmente tal día como hoy de 1850, Isabel II puede inaugurar (dos días después de su onomástica) el Teatro Real. Por lo menos fue durante 75 años uno de los mejores teatros de ópera del mundo.
Aquel día se escucho «La favorita» de Gaetano Donizetti a cargo de la contralto Marietta Alboni, la soprano Erminia Frezzolini y como director de orquesta Michele Rachele.
Era un teatro lujoso, con dos salones de baile, tres salones de descanso, una confitería, un café, un tocador y un guardarropa, vamos lujazo total. La cabida estaba anunciada para 2800 espectadores, pero quien se ha dedicado a estudiarlo bien, calcula solo 2200 asientos.
Cuando en 1868 le dan la patada a Isabel, deja de llamarse Real, para denominarse Teatro Nacional de la Ópera.
En 1925 se produce un hundimiento, esta vez 41 años para repararlo.
Durante la guerra civil, estalla el polvorín con que lo habían preñado.
Hasta 1966 no se vuelve a utilizar, esta vez como sala de conciertos hasta 1988, que se decide que lo suyo es la ópera. Las obras de remodelación ya solo duran 7 años, pero también da tiempo a que el arquitecto José Manuel González Valcárcel doble, (ya te digo que para la próxima no encuentran arquitecto que quiera dirigir el proyecto), y lo termina Francisco Rodríguez de Partearroyo.
En 1997 se vuelve a inaugurar por los ahora reyes eméritos, y por ahora funciona muy bien, el otro día Javier Camarena triunfó y en el telediario pudimos ver un trocito de su bis “Una furtiva lágrima”, así que recemos para que no vuelva a ocurrir alguna desgracia, y es que hay quien dice que el teatro está maldito, yo creo que en todo caso sería por partir de la idea del felón, pero otros dicen que por la forma que le dio Antonio López (el pintor no, López Aguado el arquitecto), miradlo, y decidme si esa forma os recuerda a algo.

Y si os apetece, vamos a jugar con los mapas, os propongo estos puntos de partida:
JMDC 19 de noviembre de 2019
Fuentes:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/lab-rtvees/historia-del-teatro-real-200-anos-3-teatros/4575533/
https://es.wikipedia.org/wiki/Teatro_Real_(Madrid)
https://www.teatroreal.es/es/historia-del-teatro