El baldeo de las calles, hoy que vemos a los soldados de UME fumigando los espacios públicos que pueden estar contaminados de este jodio COVI19 que nos está afectando a todos, unos por estar enfermos y el resto por tener condicionada nuestra vida al estar confinados en casa, es un tema que tiene más importancia de que normalmente le damos, porque, a ver, más allá de cuando eramos críos y en veranos nos poníamos enfrente del barrendero y le gritábamos aquello de “Aquí no llega, la manga riega”, esperando que nos mojara, o aquella escena de la película La Ley del Deseo, en que Carmen Maura decía aquello de “No se corte, riégueme, riégueme” y gemía “Ay qué calor, que sofoco, esta noche no lo soporto, que gusto” mientras se acariciaba sobre un vestido mojado, alguien le ha prestado atención a esa labor tan importante.
Por ello hay que recordar que tal día como hoy de 1913, a las cuatro de la tarde, en la Plaza de Colón, con la presencia del primer teniente de Alcalde, el Sr. Garcia Molinas, y el secretario municipal, Sr. Ruano, así como el jefe del servicio de limpieza, y varios concejales, se probó un nuevo aparato para regar las calles, una especie de carrete grande, más de un metro de diámetro, en que iba enrollada una marguera de unos 20 metros que permitía que tan solo dos hombres, pudieran limpiar eficazmente las calles, labor que sin dicho aparato requería de la intervención de 8 o 10 operarios de limpieza. Y es que la limpieza de las calles en Madriz, siempre ha sido un problema nunca resuelto satisfactoriamente.

JMDC, 18 de marzo de 2020.
Fuentes:
Pag. 3 La mañana, diario independiente, edición del 19 de marzo de 1913
del ABC (este no es de acceso libre)
https://www.abc.es/archivo/periodicos/abc-madrid-19130319-3.html