Hubo un maestro en Benavides, un tal Santiago Vega, que por si tenía pocos en la escuela, a la hora de comer en casa se llamaba a la prole con una corneta, la plaza del pueblo, hasta entonces llena de muchachos, quedaba desierta, 17 hijos sobrevivieron de los 23 que le parió la mujer, ySigue leyendo «16 de diciembre»