“Instrucción para el nuevo empedrado, y Limpieza de las Calles de Madrid, en que se contiene substancialmente el Proyecto de Don Francisco Sabatini: aprobado uno, y otro por S.M. (que Dios guarde) por su Real Orden de catorce de Mayo de mil setecientos sesenta y uno”
A lo largo de 13 artículos se establecen las características técnicas que han de tener las baldosas de solados de las calles (piedra beroqueña de cuatro pies en cuadro, con acanalimientos y perforaciones para su manejo en caso de ser necesario levantarlas) , las bajantes de aguas pluviales, grises y negras, vamos el reglamento técnico de la edificación de entonces, ante cualquier duda los maestros de obras consultarán al Sr. Sabatini.
Los dueños de las casas tendrán que solar a su cargo hasta una vara al frente y laterales de sus casas, instalar canalones (metálicos, se desterraban los de madera) y bajantes (barro, de 14 dedos de diámetro vidriadas en su interior) de aguas que conduzcan a los correspondientes pozos y minas, sin estar excluidas las iglesias y conventos. También vienen obligados a depositar la basura en los lugares que se establezcan. A fin de financiarlo podrán subir un 5% las rentas de alquileres.
A cargo del erario público correrá el solado de la parte central de las calles, la creación de minas (el alcantarillado), el traslado de basura al campo, el mantenimiento de la minas…..
La dotación presupuestaria era de 250.000 reales anuales para acometer las obras.
Carlos III y su ministro Esquilache se habían empeñado en hacer de Madriz una ciudad digna, moderna y limpia. Se acababa aquello de gritar “¡Agua va!” al lanzar el contenido del orinal por la ventana.
No sé si sabéis que he empezado un curso de Derecho Administrativo, como veis me estoy estudiando las ordenanzas municipales.
JMDC mayo 2019
Fuentes: