El 7 de junio os contaba que Eva María Duarte llagaba a Madrid en 1947, pues volvió tal día como hoy de 1971, a las 22:50, en al calle Navalmanzano 6, barrio de Puerta de Hierro, Quinta 17 de octubre se llamaba la finca (que ya parcelada fue comprada por Valdano hace unos años), claro que ya no tenía tan buen aspecto, había fallecido en julio de 1952, entonces el Dr. Pedro Ara se encargó de momificar el cadáver, un trabajo minucioso que le llevó un año, una vez terminado es custodiado en la planta segunda de sede de la CGT, a la espera de construir un monumento en que depositarlo.
En septiembre de 1955 Juan Domingo Perón es derrocado, escapando de ser asesinado dándose el piro al exilio.
La noche del 22 de diciembre de 1955 se organizó una operación del servicio de inteligencia militar, la delicada misión: hacer desaparecer el cuerpo de Evita, que corrió a cargo del teniente coronel Moori Koenig, por orden del presidente Aramburu, así que Moori se presentó en la sede de la CGT con un montón de militares y se llevaron el cuerpo en su ataúd, vamos algo suavecito ya que la idea original era meter un bomba y hacer desaparecer cadáver, sede y CGT de una única explosión.

El caso es que Koenig tampoco se atrevió a tirarlo al mar, lo dejó en una furgoneta que estuvo aparcada en diversos lugares de Buenos Aires, imagino que el calorcito del verano bonaerense pondría a prueba el embalsamamiento de Aro. Un tal Eduardo Arandía tiene la idea de guardarlo en el altillo de su casa, temeroso de que los peronistas pudieran haber localizado el cadáver al oír ruidos una madrugada saltó de la cama disparando dos tiros a quien se movía en el pasillo, su esposa embarazada. Mal asunto, Moori Koening se plantea llevárselo a su keli, pero su mujer dice que nones (normal a la vista de la suerte de la esposa de Arandía) y al final se lo lleva a su despacho, donde le parecía muy gracioso magrear a la atractiva Evita ante sus visitas. La necrofilia del Teniente General no fue bien vista por Aramburu que le destituye y expulsa del ejercito, como jefe del servicio secreto se colocó al coronel Hector Eduardo Cabanillas, quien había demostrado su ineficacia en varios intentos de matar a Perón en el exilio, y quien, en su cumplimiento de custodiar la momia de Eva, la colocó en un cuarto cercano a su despacho, el hecho de que cada día aparecieran flores y velas ponía de manifiesto que los simpatizantes Perón, cuyo nombre estaba prohibido pronunciar a la población, conocían del lugar en que se encontraba Evita. Se imponía una nueva misión de inteligencia a cargo del general Alejandro Lanusse, con la colaboración de un cura franciscano Paco Rotger, el superior general de la orden de los paulinos y el propio Papa Pio XII.
En abril de 1957 hicieron pasar el cuerpo de Eva por el de María Maggi de Magistris, una viuda italiana, y se embarcó en un navío que llegó a Génova y de allí trasladado al cementerio de Milán donde ocupó la tumba 41 del campo 86.
Volvamos a Buenos Aires, en marzo de 1971 el presidente de facto argentino es Alejandro Agustín Lanusse, el General Aramburu ha sido secuestrado en mayo de 1970 por el grupo guerrillero Los Montoneros (versión más o menos oficial, otras dicen que fueron los servicios secretos), entre las condiciones impuestas para su puesta en libertad está la devolución del cadáver de Evita, así que se impone una nueva operación de inteligencia militar, se pacta con Perón la entrega del cuerpo en Madriz, sin embargo Aramburu murió.
Turín 1 de septiembre de 1971, Carlos Maggi» (en realidad el agente secreto Sorolla) contrata con una funeraria el traslado del cadáver de María Maggi de Magistris (en realidad el de Eva María Duarte) a España. Cuando el coche fúnebre está llegando a Madriz, el conductor Roberto Germano es apartado por la fuerza del volante que pasa a estar en manos del agente secreto Cabanillas quien lo lleva a Puerta de Hierro, varios coches se unen a la comitiva, entre ellos el del embajador argentino en Madrid, Jorge Rojas Silveyra, quien hace entrega oficial del paquete a Perón, éste ya había convocado a Pedro Ara quien certificó que se trataba del cuerpo que él había embalsamado años atrás, y al que, a pesar de encontrarse en buenas condiciones, le faltaba un dedo y la nariz estaba aplastada. Lo de la nariz era por haberse golpeado contra el cristal, lo del dedo, pues ya antes de sacarla de la sede de la CGT alguien puso en duda la autenticidad del cuerpo, pruebas radiológicas las disiparon, y la concluyente fue la de las huellas dactilares, pero al lumbreras que tenía que realizarlas en lugar de manchar el dedo con tinta e imprimirlas en un papel se le ocurrió que cortaba el dedo y hacía la comprobación en sede oficial. Para las hermanas de Evita, Blanca y Herminda, el cuerpo había sido maltratado, y vieron cortes en la cara, pero vamos que entre los tocamientos de Koening y los tumbos que llevaba dados, bastante bien estaba.
El Sr. Perón ya estaba casado en terceras nupcias con María Estela Martínez, Isabelita Perón. Imaginad el plan, vivir con tu marido y con el cadáver de su anterior esposa. Unos dicen que aparcaron el paquete en el jardín de invierno de la finca (10.000 metros dan para poder tener muchos trastos guardados), otros que instalaron el féretro en la primera planta tras cambiarle el vestido Isabel y las dos hermanas Duarte, y cada día se colocaban flores frescas, e incluso que el secretario de Perón, José López Rega realizó junto a Isabelita ritos esotéricos para traspasarla su capacidad de encandilar al pueblo argentino, el carisma de Evita. Al fin y al cabo Juan estaba pensando en volver a ser presidente e Isabelita tenía que estar a la altura de primera dama, e intentó estarlo cuando a la muerte de Perón fue la primera mujer jefa de estado en América en Julio de 1974.
Perón fue enterrado en un cripta en la residencia Los Olivos. Por otra parte los Montoneros vuelven a secuestrar a Aramburu, bueno su cadáver, su devolución a cambio de que el cadáver de Evita, que estaba en Puerta de Hierro, no sabemos si en el primer piso de la casa o en cuarto de herramientas del jardín, volviese a Argentina. Vamos que se hace necesaria otra operación del servicio de inteligencia argentino, el 17 de noviembre de 1974 se inicia el operativo para llevar el cuerpo a la base de Morón donde un avión militar lo traslada a Argentina para ser depositado junto a Perón, a la espera de que se construya un mausoleo, pero al llegar Videla al poder consideró que era el momento de dar respuesta a la petición de Juana Ibarguren de Duarte quien en 1952 había solicitado la posesión del cadáver de su hija, entregando el cuerpo a la familia Duarte, para su descanso, después de tanto ajetreo en una cripta en el cementerio de La Recoleta, donde por ahora se encuentra.
JMDC, 3 de septiembre de 2019
Fuentes:
https://www.madridiario.es/459679/el-cuerpo-de-evita-peron-llega-a-madrid
http://bloggsspartako.blogspot.com/2014/12/el-destino-final-de-eva-peron.html