El 27 nos quedamos con Prim recuperándose de las heridas, según la Gaceta de Madrid, la fiebre seguía su curso normal. Ya los médicos que le asistieron inmediatamente después del atentado, doctores Losada y Lledó, dijeron que las heridas podían ser peligrosas, sin embargo, para evitar la alarma social, se restó gravedad en los partesSigue leyendo «30 de diciembre»