Mantenerse firme en las propias convicciones no es siempre tarea fácil; mas dificil aún es aferrarse en la defensa de unas ideas hasta incluso dar la vida por ellas. En la historia no abundan estos casos, aunque algo me dice que debió de haber existido un número nada despreciable de estos héroes de la coherencia – casi incluso podríamos llamarles fanáticos de la verdad- que defendieron hasta el límite la realidad de su pensamiento en el más absoluto anonimato. No es el caso del personaje de hoy.
Hace 420 años fue quemado en la hoguera, acusado de herejía y tras 8 años de prisión, el filósofo, astrónomo, teólogo, matemático y poeta italiano del Renacimiento GIORDANO BRUNO
Tal hecho tuvo lugar en una de las plazas mas animadas de Roma – escenario en su día de las ejecuciones públicas-, en cuyo centro se levanta una impresionante estatua en su honor. La plaza de Campo dei Fiori se levanto por encargo (1456) del papa Calixto III sobre un campo de flores – de ahí su nombre -.
Cuando le leyeron la sentencia en donde se le declaraba herético, impenitente, pertinaz y obstinado, contesto: «Maiori forsan cum timore sententiam in me fertis quam ego accipiam«, es decir, «Tembláis acaso más vosotros al anunciar esta sentencia que yo al recibirla»
Bruno se atrevió a equiparar el universo con la divinidad, alegando que el universo se hallaba penetrado de vida divina y no es distinto a Dios. Esta postura (panteísta) se adelanto en pocos años a la definición de Dios que hizo Spinoza, que os recomiendo leer porque os impactará, como le paso al mismísimo Albert Einstei, quién dijo:
«Creo en el Dios de Spinoza, que se nos revela en la armonía que rige a todos los seres del mundo, no en el dios que se implica en los destinos y acciones de los hombres».
Uff!!!! menos mal que Baruch (Spinoza) y Albert no nacieron en las postrimerías del renacimiento!!
El pobre Bruno no tuvo tanta suerte, pese a que como él mismo decía, sus obras eran filosóficas y en ellas únicamente se argumentaba que «el pensamiento debería ser libre de investigar con tal de que no dispute la autoridad divina». Eso le llevó a cuestionar la transmutación del pan en carne y el vino en sangre en la Eucaristía católica, o a rechazar, como Copérnico, que la Tierra fuera el centro del cosmos.
Ironicamente, Giordano fue miembro de los Dominicos, orden monacal muy relacionada con la inquisición y cuyo lema era : «Veritas» – verdad -. Su error, en el buen sentido de la palabra, fue mantenerse firme en sus teorías en una época en las que las ideas de Lutero – cuyos seguidores por cierto también le excomulgaron – y Calvino estaban socavando la autoridad y los fundamentos de la Iglesia católica . Quizás aún era pronto para que la ciencia empezase a cuestionar los dogmas religiosos.
Su vida fue todo un ejemplo de integridad en su búsqueda de la verdad; incluso dedico un poema a sus verdugos en el que no se mordía la lengua:
«Decid, ¿cuál es mi crimen? ¿Lo sospecháis siquiera?
y me acusáis, ¡sabiendo que nunca delinquí!
quemádme, que mañana, donde encendáis la hoguera,
levantará la historia una estatua para mí.»
«Y bien, sabéis que el hombre, si busca en su conciencia,
la causa de las causas, el último por qué
ha de trocar muy pronto, la Biblia por la ciencia,
los templos por la escuela, por la razón, la fe»
Quizás por eso, cuando subió al cadalso la llevaba – la lengua – «aferrada en una prensa de madera para que no pudiese hablar» …..
Fuentes
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/giordano-bruno-filosofo-que-desafio-a-inquisicion_7273
https://www.wantedinrome.com/yellowpage/giordano-bruno-statue-in-rome.html
https://www.disfrutaroma.com/campo-dei-fiori
https://www.taringa.net/+offtopic/giordano-bruno-sos-mi-unico-heroe-en-este-lio_gyjab
Madriz, tal dia como hoy 
Interesante personaje, morir por sus ideas y con la cabeza bien alta es algo al alcance de muy pocos. De hecho, Galileo Galilei, defensor de la teoría heliocéntrica fue acusado por la Inquisición de hereje. Cuando fue sentenciado a muerte por mantener su tesis, abjuró de la misma, por lo que se le conmmutó la pena de muerte por prisión. Dicen que cuando se lo llevaron se le oyó mascullar : “Eppur si muove” (”y, sin embargo, se mueve”). Se refería a la tierra, claro…
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